Noah Kentis era un hombre muy exitoso en el mundo de los negocios. Había fundado su propia compañía de tecnología y había llevado a cabo importantes acuerdos con empresas líderes en el mercado. Sin embargo, a pesar de su éxito profesional, Noah se sentía vacío y cuestionaba si ese era realmente su camino en la vida. Con el tiempo, comenzó a buscar significado en otras áreas, y se involucró en proyectos de caridad y en la educación de jóvenes con pocos recursos. Descubrió que su verdadera pasión era ayudar a los demás y marcar una diferencia positiva en el mundo. Comenzó a invertir su tiempo y dinero en iniciativas que significaran algo para él y para otros, y encontró una nueva alegría y satisfacción en la vida. Aunque seguía asistiendo a reuniones de trabajo y dirigía su compañía, dejó que su verdadera pasión lo guiara. Las personas que lo rodeaban notaron su cambio y comenzaron a ver a Noah como un ejemplo de éxito y compasión.
Un día, Giorgia y Noah se encontraron en una cafetería del centro de la ciudad. La música sonaba a todo volumen y había mucha gente, así que no se podían escuchar. Pero luego se dieron cuenta de que estaban sentados uno al lado del otro en la barra. Ambos pidieron cafés y comenzaron a mirarse de reojo.
Después de unos minutos, Giorgia notó que Noah escribía en una hoja de papel y parecía muy concentrado. No pudo resistir la curiosidad y le preguntó qué estaba haciendo. Resultó que Noah era un escritor y estaba trabajando en una nueva novela.
Giorgia, que también había estudiado literatura en la universidad, se interesó mucho y comenzó a hacerle preguntas sobre su proceso creativo. Noah se sintió feliz de encontrar a alguien que compartía su pasión por la escritura.
Desde ese día, comenzaron a encontrarse en la misma cafetería todas las semanas para hablar de literatura y otros temas interesantes. Poco a poco, fueron conociéndose mejor y descubriendo que tenían muchas cosas en común.
Siguieron siendo amigos durante mucho tiempo, y finalmente se dieron cuenta de que habían desarrollado sentimientos el uno por el otro. Y así comenzó una hermosa historia de amor que nunca habría ocurrido si no hubieran coincidido en esa cafetería.