Olga de Meyer fue una famosa modelo y artista rusa nacida en San Petersburgo en 1871. Se trasladó a París en 1895, donde trabajó con el famoso diseñador Paul Poiret. En 1905, se casó con el fotógrafo Adolf de Meyer en Nueva York y pronto se convirtió en una destacada figura social en los círculos del arte y la moda. En 1913, Olga y su esposo se mudaron a Europa, viviendo entre Biarritz, Venecia y París, y disfrutando de una vida de lujo y excentricidad. Olga se convirtió en una figura clave en el mundo del arte y la moda, colaborando con artistas como Picasso y Modigliani, y siendo una musa para diseñadores como Paul Poiret y Elsa Schiaparelli. Después de la muerte de Adolf en 1946, Olga se retiró a una casa de retiro en el sur de Francia, donde murió en 1933.
Olga de Meyer y Violet Trefusis fueron dos mujeres que mantuvieron una relación romántica en la primera mitad del siglo XX, a pesar de estar casadas con hombres. Olga fue una modelo y fotógrafa conocida por su belleza y elegancia, y estuvo casada con el reconocido diseñador de interiores, el Barón Adolph de Meyer. Por su parte, Violet era una escritora y poeta británica, que estuvo casada con Denys Trefusis, un aristócrata inglés.
Olga y Violet se conocieron en la década de 1910, en el círculo de amistades de la escritora y poeta Natalie Barney en París. Desde entonces, comenzaron a intimar y a mantener un romance apasionado. La relación entre ambas fue intensa y tumultuosa, y se mantuvo durante varios años, incluso después de que ambas se casaran.
A pesar de que sus esposos conocían la amistad cercana entre Olga y Violet, no sabían de la relación romántica que mantenían. Fue solo después de que la correspondencia entre ambas mujeres fuera descubierta en la década de 1960, que se hizo pública la naturaleza de su relación.
La relación entre Olga de Meyer y Violet Trefusis ha sido objeto de atención y estudio por su representatividad de la sexualidad femenina y la cultura homosexual de la época. Además, ha sido retratada en obras literarias y cinematográficas, como en la novela de Vita Sackville-West, “Todas las pasiones tienen memoria”, que se inspira en la relación entre Violet y Olga.
Adolph de Meyer y Olga Caracciolo de Meyer fueron un matrimonio de artistas y fotógrafos que se destacaron en el mundo de la fotografía de la época Belle Époque. Adolph, de origen alemán, se estableció en París a finales de la década de 1890 y se convirtió en un fotógrafo socialmente influyente gracias a su habilidad para capturar la moda y la cultura de la alta sociedad parisina.
En 1905, Adolph conoció a la noble italiana Olga Caracciolo. Se casaron el año siguiente y juntos comenzaron a trabajar en un estudio de fotografía. Olga era una modelo talentosa y Adolph se encargaba de tomar las fotografías, lo que les permitió crear una marca conjunta en el mundillo de la fotografía.
A lo largo de su carrera, Adolph de Meyer se distinguió por su técnica de impresión en plata como el papel de albúmina. También fue innovador en la utilización de luces y sombras para crear un efecto atmosférico en sus fotografías. Olga también era conocida por sus habilidades como modelo y diseñadora de moda, y se convirtió en una musa para su esposo.
Juntos viajaron por Europa e incluso realizaron un viaje a Japón, donde capturaron imágenes de la cultura tradicional japonesa en sus fotografías. En los años 20, la pareja se trasladó a Nueva York y continuó su trabajo como fotógrafos. Adolph de Meyer recibió encargos de revistas de moda y su trabajo también fue expuesto en galerías de arte.
Después de la muerte de Adolph en 1946, Olga continuó trabajando en la fotografía y la moda. Falleció en 1968, pero su legado como pareja y artistas influyentes en el mundo de la fotografía se mantiene hasta el día de hoy.
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Olga de Meyer y Winnaretta Singer fueron dos mujeres muy influyentes en la alta sociedad de Europa y Estados Unidos a principios del siglo XX. Olga de Meyer, nacida en Rusia en 1871, era una talentosa fotógrafa que se casó con el barón Adolph de Meyer, quien también era un importante fotógrafo y diseñador de moda. Winnaretta Singer, nacida en 1865 en Estados Unidos, era la heredera de la fortuna Singer, una empresa de máquinas de coser que le permitió vivir una vida de lujos y dedicarse a sus intereses personales.
Ambas mujeres se conocieron en París en 1911 y rápidamente se convirtieron en amigas cercanas. Olga de Meyer, que se había casado por segunda vez con un rico hombre de negocios francés, tenía una vida social muy activa y se mezclaba con gente de la alta sociedad europea. Por su parte, Winnaretta Singer era conocida por sus extravagantes fiestas y su mecenazgo a la música y las artes.
La relación entre ambas mujeres se intensificó cuando Olga de Meyer se mudó a Londres en 1918 y comenzó una relación romántica con la princesa Edmond de Polignac, quien era la esposa de Winnaretta Singer. A pesar del escándalo que esto generó en la época, la amistad entre las mujeres continuó y se mantuvo hasta la muerte de Olga de Meyer en 1930.
La relación entre Olga de Meyer y Winnaretta Singer fue una de las muchas conexiones entre la alta sociedad europea y americana de la época y es recordada como una de las amistades más duraderas y significativas de ambas mujeres.