Oliver Ray
Oliver Ray era un hombre de complexión alta y espalda ancha, con un aire de misterio que le hacía destacar entre la multitud. Vivía en un apartamento pequeño en el centro de la ciudad, rodeado de libros y discos de vinilo, sus dos grandes pasiones. Durante el día trabajaba como diseñador gráfico en una agencia publicitaria, pero por las noches se convertía en un músico aficionado que tocaba la guitarra en un bar local con sus amigos. Siempre se le veía rodeado de una pequeña comunidad de artistas y escritores bohemios que se reunían en cafés y bares del centro para intercambiar sus obras y hablar de sus ideas.
Oliver había tenido varias relaciones en el pasado, pero ninguna le había llenado lo suficiente como para comprometerse en una vida en pareja estable. Prefería la libertad y la independencia que le ofrecía su estilo de vida solitario, viajando por el mundo y descubriendo nuevas culturas y experiencias. A pesar de que su vida podía parecer desordenada y caótica, Oliver se sentía pleno y realizado con su camino y esperaba seguir explorando nuevos horizontes en el futuro.
