Oscar Martínez era un hombre bastante inquieto. Le encantaba estar ocupado y no soportaba estar sentado en un mismo lugar durante demasiado tiempo. A lo largo de su vida, ha experimentado con muchos trabajos diferentes antes de encontrar su verdadera pasión: la cocina. Y, como buen amante de la comida, se dedicó a explorar no sólo la gastronomía de su país, sino también la de otros lugares del mundo. De hecho, fue en uno de sus viajes de exploración culinaria donde conoció a su esposa, una chef de origen argentino con la que comparte su amor por los sabores intensos y las presentaciones innovadoras. Juntos han montado un pequeño restaurante en el centro de la ciudad que se ha ido consolidando como uno de los más interesantes y prometedores de la escena local. A pesar de que la cocina consume gran parte de su tiempo y energía, Oscar siempre encuentra un hueco para disfrutar de otras pasiones como el senderismo o la lectura. Aveces incluso se atreve a combinar sus intereses, cocinando en el campo con productos autóctonos que encuentra en sus rutas por la montaña. En definitiva, Oscar Martínez es un hombre que siempre está buscando nuevos desafíos y aventuras, y que sabe disfrutar de la vida y sus placeres hasta el último bocado.