Pamela Ann Jordan era una mujer inquieta e impulsiva que vivía al límite. Desde muy joven se había acostumbrado a tener todo lo que quería sin importarle las consecuencias de sus actos. Había viajado por todo el mundo en busca de aventuras y experiencias nuevas, y aunque había pasado por momentos difíciles, siempre había salido adelante. En su vida laboral, Pamela había tenido varios trabajos, pero ninguno la satisfacía por completo. Por eso, en los últimos años se había dedicado a su verdadera pasión, la escritura. Había publicado varios libros en los que plasmaba sus experiencias y sus reflexiones, y había conseguido una pequeña pero fiel legión de seguidores. Pero a pesar de su éxito, Pamela seguía sintiendo que algo le faltaba en la vida. Tal vez era el amor, o la familia, o simplemente la tranquilidad. Por eso, había decidido tomarse un tiempo sabático para reflexionar sobre su futuro y encontrar el equilibrio que tanto deseaba.