Pedro Soares (1898-1952) fue un destacado escritor y poeta portugués. Nació en una familia modesta en la localidad de São Bartolomeu de Regatos, en el norte de Portugal.
Desde joven, Soares mostró un gran interés por la literatura y la poesía, y comenzó a escribir sus propios versos mientras trabajaba en el campo y en algunas fábricas de la región.
En la década de 1920, Soares se trasladó a Lisboa para continuar sus estudios y buscar oportunidades para publicar sus escritos. Fue allí donde se relacionó con los principales escritores y artistas de la época, como Mário de Sá-Carneiro, Fernando Pessoa y José de Almada Negreiros.
En 1926, Soares publicó su primer libro de poesía, titulado "Cânticos Heróicos". La obra recibió elogios de la crítica por su lenguaje directo y la fuerza de sus imágenes.
Entre las obras más destacadas de Pedro Soares se encuentran "Orações Matinais" (1928), "Viagem ao Além" (1937), "Através dos Nevoeiros" (1940) y "Réquiem para um Solitário" (1942).
Además de su dedicación a la literatura, Soares también trabajó como periodista y fue uno de los fundadores del periódico "Diário de Notícias" en Lisboa.
Pedro Soares falleció en 1952 a la edad de 54 años, dejando una obra literaria significativa y una huella importante en la cultura portuguesa.
Merche-Romero y Pedro-Soares se conocieron de manera inesperada en un puesto de comida callejera en el centro de Madrid. Ambos estaban esperando su pedido cuando se percataron de que habían elegido el mismo platillo. Antes de que pudieran intercambiar palabras, el vendedor les entregó sus hamburguesas y rápidamente se alejó.
Después de un par de bocados, Merche notó que Soares estaba sentado cerca de ella, también solo. Decidida a tener una conversación, le preguntó si había decidido probar el puesto por casualidad o por recomendación. Él respondió que era su primera vez en la ciudad y que se había aventurado a probar algo nuevo.
De ahí en adelante, la conversación fluyó sin esfuerzo. Descubrieron que compartían un amor por la música, los viajes y la comida italiana. Merche estaba sorprendida por la fluidez del español de Soares, mientras que él estaba impresionado con su entusiasmo y conocimiento sobre la cultura española.
Cuando terminaron de comer, intercambiaron números de teléfono y se despidieron. Pero no fue el fin de su encuentro. Continuaron hablando y planeando más salidas. Y así, lo que comenzó como una simple casualidad en un puesto de comida callejera, se convirtió en una amistad duradera.