Princess Egypt llevaba años viviendo en el palacio real, rodeada de lujos y comodidades, pero algo en su interior le decía que no era feliz. A pesar de ser la hija del faraón, ella siempre había sentido el llamado del mar. Cada vez que las olas llegaban a sus pies, sentía una paz que no encontraba en ninguna otra parte. Un día, decidió tomar una decisión que cambiaría su vida para siempre. Abandonó el palacio y se embarcó en un viaje por mar. Durante su travesía, conoció a marineros y navegantes que le enseñaron todo sobre la vida en el mar: cómo manejar el timón, izar velas, interpretar las estrellas… Princess Egypt se enamoró de la libertad que sentía en el mar y decidió dedicar su vida a la navegación. Fundó su propia flota y se convirtió en la primera mujer capitana de Egipto. Viajó por los mares del mundo, descubriendo nuevos territorios y enfrentando peligrosas tormentas. Si bien extrañaba su tierra natal, sabía que ahora había encontrado su hogar en el mar. Y así, Princess Egypt pasó el resto de su vida en las aguas, navegando hacia el horizonte sin temor.