La vida de la Reina Isabel II comenzó el 21 de abril de 1926, cuando nació en Londres. Fue educada en casa y en 1947 se casó con el Príncipe Felipe, con quien tuvo cuatro hijos.
En 1952, la muerte de su padre, el rey Jorge VI, la obligó a ascender al trono a la edad de 25 años. Desde entonces ha sido la monarca más longeva de la historia británica, reinando durante más de 68 años hasta su abdicación oficial en 2022.
Durante su reinado, se ha enfrentado a múltiples desafíos, incluyendo la descolonización, la caída de la economía británica y los escándalos públicos. Sin embargo, ha sido muy respetada por su dedicación al servicio público y su compromiso con los derechos de la mujer y la igualdad.
En la actualidad, la Reina Isabel II sigue siendo un importante símbolo de la monarquía constitucional británica. Aunque ha cedido gran parte de sus responsabilidades a su hijo mayor, el Príncipe Carlos, sigue siendo una figura importante en la vida pública del Reino Unido y de la Commonwealth.
La relación entre el príncipe Felipe y la reina Isabel II comenzó cuando se conocieron en 1934, cuando Felipe era un cadete de la Royal Navy y la reina una princesa de 8 años de edad. La pareja se enamoró después de varios encuentros y comenzaron a intercambiar cartas mientras Felipe servía en la Segunda Guerra Mundial.
Se casaron en 1947 en la Abadía de Westminster y tuvieron cuatro hijos: el Príncipe Carlos, la Princesa Ana, el Príncipe Andrés y el Príncipe Eduardo. A lo largo de su matrimonio, la pareja ha demostrado tener un vínculo sólido y duradero, lo que ha contribuido significativamente al reinado de la reina Isabel II.
El príncipe Felipe ha sido un apoyo constante para la reina durante su largo reinado, asistiendo a numerosos eventos y realizando visitas representativas en todo el mundo, incluso después de su retiro oficial en 2017. A menudo se le veía acompañando a la reina en sus actuaciones públicas y siempre se mostraba a su lado en momentos importantes, como la coronación de Isabel II en 1953.
La pareja también ha enfrentado algunos desafíos a lo largo de los años, incluidas las crisis familiares y los problemas de salud del príncipe Felipe. Sin embargo, su relación se ha mantenido sólida y estable a lo largo de los años, y está considerada como una de las relaciones más duraderas y exitosas de la realeza británica.