Ralph Pittman

Ralph Pittman era un exitoso abogado de Nueva York que ganaba grandes casos en los tribunales. Sin embargo, su vida personal había sido una montaña rusa emocional desde que se separó de su esposa, quien había obtenido la custodia de sus dos hijos. Desde entonces, Ralph se había dedicado por completo a su trabajo, participando en muchos casos difíciles e importantes, pero también pasando muchas de sus noches trabajando hasta altas horas de la madrugada.

A pesar de su éxito, Ralph se sentía vacío y solitario. Buscaba formas de llenar ese vacío, por lo que comenzó a trabajar como voluntario en un hogar de ancianos cercano a su oficina. Ahí conoció a una mujer mayor llamada Mercedes, quien se convertiría en una figura materna para él y lo ayudaría a enfrentar sus propios demonios emocionales.

Juntos, visitaron museos, disfrutaron comidas en restaurantes, asistieron a conciertos y hablaron sobre la vida. La relación que construyeron le permitió a Ralph darse cuenta de que el éxito no lo era todo en la vida y que había cosas más importantes que el dinero y los casos ganados. Ralph comenzó a dedicar más tiempo a su familia y a sus amigos, y a encontrar la felicidad en momentos simples y significativos.