Ray Sterling era un hombre de negocios exitoso y respetado en su comunidad. Desde joven había demostrado su habilidad para hacer negocios y liderar equipos, lo que le permitió alcanzar un alto nivel de éxito en su carrera. Sin embargo, su vida personal era un completo desastre. A pesar de estar casado y tener hijos, Ray se sentía profundamente solo y vacío. Pasaba la mayor parte de su tiempo trabajando, evitando así enfrentarse a sus problemas personales. Pero un día, durante una cena de negocios, conoció a una mujer que cambiaría su vida para siempre. María era una chef talentosa y apasionada, y su energía y entusiasmo por la vida cautivaron a Ray. Pronto comenzaron una aventura apasionada y clandestina, y Ray comenzó a reconsiderar todo lo que había valorado hasta entonces. Descubrió que la verdadera felicidad estaba en amar y ser amado, y decidió que era hora de arriesgarse y luchar por sus verdaderos deseos.
Joan Crawford y Ray Sterling fueron pareja a mediados de la década de 1920. Sterling era un jovencito que Crawford conoció a través de la compañía de teatro en la que trabajaba. Aunque Sterling estaba casado, la relación amorosa entre ellos floreció, pero ella rompió el romance cuando se enteró de que Sterling estaba casado con una mujer embarazada. Crawford había estado en varias relaciones tumultuosas, pero la relación con Sterling fue breve y poco relevante en su vida amorosa en general. Más tarde, en la década de 1940, Crawford se casaría con el actor Franchot Tone y luego con el CEO de PepsiCo, Alfred Steele, quienes serían sus maridos más significativos en su vida personal.