Rayne Guerra ha encontrado en la música un escape a las tormentas de su vida. Desde joven ha tocado la guitarra y ha escrito sus propias canciones, pero sólo recientemente ha empezado a confrontar su propio miedo al fracaso y compartir su arte con los demás. Es una amante de la naturaleza y las caminatas por el bosque son su terapia. De padre cubano y madre estadounidense, ha crecido en dos culturas que a veces han chocado. Rayne es espontánea, le encanta hacer reír a la gente, pero también es reflexiva e introspectiva. Ha luchado con problemas de autoestima en el pasado, pero ha aprendido a reconocer su propia valía y a no depender de la aprobación de los demás para sentirse bien consigo misma. A pesar de los altibajos, Rayne siempre ha encontrado el amor y el apoyo en las amistades que ha cultivado a lo largo de los años.