Rebecca Donaldson es un personaje de la serie de televisión “Full House” y su secuela “Fuller House”. En la serie, Rebecca es presentada como una periodista y presentadora de televisión que se convierte en la esposa de Jesse Katsopolis, el cuñado de los Tanner.
Rebecca creció en Nebraska y se mudó a San Francisco para trabajar en una estación de televisión local. Allí conoció a Jesse, quien estaba luchando por hacer carrera en la música. Después de una serie de encuentros, Rebecca y Jesse comenzaron a salir y finalmente se casaron en la cuarta temporada de Full House.
Después de su boda, Rebecca continuó trabajando como presentadora de noticias y se convirtió en co-presentadora del programa “Wake Up San Francisco” junto a Danny Tanner. Con el tiempo, la pareja tuvo dos hijos juntos, un hijo llamado Alexander y una hija llamada Nicky y Alex.
En Fuller House, Rebecca sigue trabajando en su carrera como periodista y presentadora mientras ayuda a Danny a manejar la redacción de su nuevo programa de televisión. Mantiene una relación cercana con su familia extendida Taylor-Fuller-Katsopolis y sigue siendo una presencia constante en la vida de sus hijos y sobrinos.
Rebecca-Donaldson y Jack-Harlow se conocieron en un evento de música en Kentucky. Rebecca estaba en la primera fila del concierto de Jack cuando él vio que ella estaba cantando todas sus letras. Luego, durante un intermedio, Jack encendió las luces de la multitud y comenzó a hablar con todos sus fanáticos. Fue entonces cuando vio a Rebecca en primera fila y decidió invitarla a subir al escenario. Mientras tocaba su guitarra, Jack la hizo cantar con él, y Rebecca sorprendió a la multitud con su voz poderosa y su habilidad para improvisar. Desde ese momento, Jack y Rebecca comenzaron a escribir canciones juntos, y se convirtieron en una de las parejas más famosas de la música moderna.
Un día, mientras Rebecca estaba de visita en Nueva York, ella se encontró con Scott en una librería en el centro de la ciudad. Scott estaba buscando un libro sobre arte moderno y Rebecca, que trabaja como galerista, notó su interés y le ayudó a encontrar el libro perfecto.
A partir de ahí, comenzaron a hablar sobre arte y cultura, compartiendo sus intereses y filosofías. Descubrieron que tenían mucho en común y los dos disfrutaron de la conversación. Antes de partir cada uno por su lado, intercambiaron números de teléfono y prometieron mantenerse en contacto.
Poco después, Scott invitó a Rebecca a una muestra de arte en una galería cercana, donde ella quedó deslumbrada por la sofisticación y el conocimiento que Scott tenía del mundo del arte. Desde entonces, su relación creció cada vez más fuerte, compartiendo cada vez más tiempo juntos y aventuras culturales por toda la ciudad.