Adam y Faith se conocieron en una cafetería del centro de la ciudad. Él había ido por un café y ella estaba sentada en una mesa escribiendo en su cuaderno. Adam se acercó para pedir su café y notó que ella estaba escribiendo sobre un libro de poesía que él también había leído. Comenzaron a conversar sobre su amor hacia la literatura y las artes en general, descubriendo que tenían mucho en común. Así, intercambiaron números de teléfono y comenzaron a salir juntos. Jackie e Irving, por otro lado, se conocieron en una clase de yoga en el gimnasio local. Jackie era novata y aún no estaba muy segura de cómo realizar los ejercicios correctamente. Irving, al notar su dificultad, se ofreció a ayudarla a perfeccionar su técnica. Con el tiempo, comenzaron a hablar más y descubrieron un amor mutuo por la música. A partir de entonces, comenzaron a tocar y cantar juntos en su tiempo libre, lo que fortaleció su relación.