Un día soleado en Nueva York, mientras paseaba por el Central Park, Adelaide se encontró con su antigua compañera de universidad, Brevoort, quien casualmente estaba allí visitando a su hermano. Después de un abrazo cálido y un repaso rápido de sus vidas, Brevoort decidió presentarle a su amigo Tim, quien casualmente estaba en el parque también. Tim y Adelaide se encontraron, se saludaron y comenzaron a conversar de inmediato, descubriendo que tenían muchos intereses en común. Después de una tarde maravillosa en el parque, los dos se intercambiaron números de teléfono y comenzaron una hermosa amistad que con el tiempo se convirtió en un amor profundo y duradero.