Adele-Slaughter y Jeff-Kober se conocieron en un set de grabación, mientras ambos filmaban una película de acción. Durante un descanso entre toma y toma, Adele se acercó a Jeff para preguntarle sobre su experiencia en la industria cinematográfica. Jeff se mostró muy amable y compartió con ella muchos consejos y anécdotas divertidas. A partir de ese momento, Adele y Jeff comenzaron a conversar con frecuencia, descubriendo que compartían intereses en común por la música y la literatura. Pronto entablaron una amistad profunda y duradera. Un día, mientras filmaban una escena muy emocionante, Adele sufrió una lesión leve y Jeff se encargó de cuidarla durante todo el día, asegurándose de que estuviera cómoda y bien atendida. Desde ese día, su amistad se fortaleció aún más y comenzaron a colaborar en proyectos creativos juntos. Hoy en día, Adele y Jeff son grandes amigos y se consideran mutuamente una fuente de inspiración y apoyo en sus carreras artísticas.
