Un día, Aga Khan IV y Patricia Deblave coincidieron en un evento benéfico en el que ambos participaban como patrocinadores. Mientras conversaban sobre las causas por las que trabajaban, descubrieron que tenían mucho en común: ambos compartían una fuerte pasión por ayudar a las personas más necesitadas y luchaban por mejorar el acceso a la educación y a la atención médica en todo el mundo. A medida que la noche avanzaba, Aga Khan IV y Patricia Deblave descubrieron que, además de tener intereses similares, también disfrutaban de las mismas actividades y tenían un gran sentido del humor. Con el tiempo, su amistad se convirtió en una fuerte relación amorosa que perduraría durante muchos años.
