Agnes y Levente se conocieron mientras caminaban por el centro de Budapest en una tarde soleada. Agnes estaba buscando una tienda de comida local donde pudiera comprar algunos dulces típicos de Hungría para llevar de regreso a casa a Francia. Levente, que hablaba francés, se ofreció a ayudarla y juntos encontraron la tienda perfecta. Después de charlar un rato sobre la vida en Budapest, decidieron tomar un café juntos en una terraza cercana y continuaron hablando durante horas. Descubrieron que compartían muchos intereses, como la música clásica y la literatura, y se dieron cuenta de que habían encontrado algo especial en el otro. Desde ese día, Agnes y Levente se vieron regularmente, compartiendo su amor por la cultura y la buena comida. Poco después, comenzaron una relación que los llevó a explorar juntos el hermoso país húngaro y muchos otros lugares más allá.
