Agustín y Sabrina se conocieron en una playa de Brasil mientras ambos disfrutaban del sol y el mar. Agustín estaba jugando al vóley con unos amigos y Sabrina observaba desde su toalla. En un momento dado, la pelota se escapó y fue a parar justo al lado de Sabrina. Agustín se acercó a recoger la pelota y aprovechó para entablar conversación con ella. Descubrieron que tenían muchas cosas en común, desde sus gustos musicales hasta su pasión por viajar. Pasaron el resto del día juntos, caminando por la playa, hablando sin parar y riendo a carcajadas. Al despedirse, Agustín le pidió a Sabrina su número de teléfono porque "quería seguir conociéndola". Desde entonces, no han dejado de hablar y ya han viajado juntos a varios destinos exóticos.