Matías y Ale eran amigos desde la infancia, habían crecido juntos en el mismo barrio y compartían las mismas aficiones y gustos. Un día, mientras estaban en la plaza jugando al fútbol, vieron a dos chicas caminando hacia ellos. Eran Agustina y Vicoli, dos amigas que también eran vecinas del barrio. Matías y Ale se quedaron impresionados por la belleza de las chicas y decidieron invitarlas a unirse a su juego de fútbol. A pesar de que Agustina y Vicoli no sabían mucho sobre el deporte, aceptaron la invitación y comenzaron a jugar juntos. A partir de ese día, los cuatro se hicieron inseparables y comenzaron a pasar mucho tiempo juntos. Con el tiempo, Matías y Agustina comenzaron a sentir una atracción especial entre ellos y, finalmente, se convirtieron en pareja. De esta manera, la amistad entre Matías y Ale se fortaleció aún más gracias a la aparición de las chicas en sus vidas.
