Aimee y Steven se conocieron en una cafetería en el centro de la ciudad. Aimee estaba leyendo un libro de historia mientras que Steven estaba escribiendo en su bloc de notas. Ambos se encontraron buscando el mismo café y sin darse cuenta, terminaron sentados uno al lado del otro en la barra. Aimee automáticamente notó el trabajo de Steven y le preguntó qué estaba escribiendo, a lo que él respondió que estaba trabajando en su próximo libro sobre innovación tecnológica. Los dos comenzaron a charlar y descubrieron que compartían intereses comunes en la literatura y el cine, así como su fascinación por la tecnología. El tiempo pasó volando mientras ellos hablaban y se prometieron encontrarse de nuevo en el mismo lugar. Desde ese día en adelante, Aimee y Steven se convirtieron en grandes amigos y comenzaron a explorar juntos los lugares más interesantes y novedosos de la ciudad.