David Southcombe y Aja Rock se conocieron en un concierto de rock en el centro de la ciudad. Ambos estaban disfrutando de la música cuando, de repente, Aja se tropezó y cayó al suelo. David se acercó rápidamente para ayudarla a levantarse y asegurarse de que todo estaba bien. Después de charlar un poco, se dieron cuenta de que tenían mucho en común y decidieron seguir hablando después del concierto. Fue entonces cuando comenzaron a conocerse mejor y a disfrutar de su mutua compañía. Desde aquel día, se convirtieron en grandes amigos y siempre recordarán ese momento singular en el que sus vidas se encontraron por casualidad.