En una tarde soleada del verano, Brandi-Talore estaba caminando por la calle con su perro cuando accidentalmente se tropezó con una pequeña piedra en la vereda. Justo cuando estaba por caer al suelo, Alex-Gonz apareció de la nada y la sujetó fuertemente antes de que ella se lastimara. Él se aseguró de que estuviera bien antes de ayudarla a recoger sus cosas y a levantarse. Aunque él era un desconocido para ella, Brandi-Talore se sintió agradecida por su amabilidad. Comenzaron a conversar y se dieron cuenta de que compartían muchos intereses en común. Después de ese día, se convirtieron en amigos inseparables.