Un día soleado, Derek Ramsay caminaba por la playa cuando se encontró con una pelota de voleibol que se le acercaba rápidamente. La atrapó en el aire y se dio cuenta de que una bella señorita lo estaba buscando desesperadamente. Era Alexa Amos, quien le agradeció a Derek por recuperar su pelota y se presentó. Decidieron pasar la tarde jugando voleibol juntos y charlando sobre sus vidas. La química entre ellos era innegable. Desde ese momento, Derek y Alexa no se separaron nunca más.