Dorothy Arzner y Alla Nazimova mantuvieron una relación personal y profesional durante varios años en la industria cinematográfica de Hollywood. Arzner fue contratada por los estudios de la compañía de producción de Nazimova para dirigir su película "Salomé" en 1923. Este fue un gran éxito para ambas mujeres y se convirtió en una de las películas más importantes y populares de la época. Después de "Salomé", Arzner continuó trabajando en la producción de cine mudo y conocido por ser la primera mujer en dirigir una película sonora de Hollywood, "El hijo del desierto" en 1929. Nazimova, por su parte, siguió actuando y dirigiendo en Hollywood con menos frecuencia en las décadas siguientes. A lo largo de su amistad, Arzner se convirtió en un importante apoyo para Nazimova, quien enfrentó dificultades en su vida personal y carrera. Nazimova también apoyó la carrera de Arzner, ayudándola a obtener trabajo en la industria cinematográfica de Hollywood y presentándola a muchos escritores, artistas y otros miembros influyentes de la industria. Su relación era conocida por ser íntima y se ha especulado que Arzner y Nazimova eran amantes, aunque nunca se confirmó públicamente. Lo que sí se sabe es que ambas mujeres eran feministas y lucharon por la igualdad de género en la industria cinematográfica, una causa que todavía resuena en la industria en la actualidad.