En una tarde soleada de verano, Adam-Clayton estaba dando un paseo por el parque cuando de repente se topó con Alycen-Rowse. Ella estaba sentada en un banco leyendo un libro, sin prestar atención a lo que estaba sucediendo a su alrededor. Adam notó que Alycen parecía un poco triste, así que decidió acercarse y preguntarle si estaba bien. Alycen se sorprendió al ver a un extraño hablándole, pero rápidamente se sintió cómoda con la sonrisa amable de Adam. Los dos continuaron hablando durante horas, compartiendo historias de sus vidas y descubriendo que tenían mucho en común. Adam estaba fascinado por la inteligencia y la pasión de Alycen por la música, mientras que ella admiraba la sinceridad y la calidez de su nuevo amigo. Desde entonces, Adam y Alycen se han convertido en grandes amigos, pasando el tiempo explorando la ciudad y disfrutando de la música en múltiples conciertos. A pesar de que nunca habrían adivinado que se conocerían en un parque, ambos están agradecidos por el inesperado encuentro que los llevó a una amistad duradera.