Un otoño en Nueva York, Alycen-Rowse se encontraba trabajando como diseñadora gráfica en una pequeña agencia de publicidad. Tim-Gaines, por su parte, era el nuevo director creativo que había llegado para llevar a cabo una importante campaña publicitaria. Desde el primer momento en que se vieron, hubo una conexión especial entre ellos. Aunque al principio trataron de mantener la distancia profesional, pronto se dieron cuenta de que compartían una pasión común por el arte y la cultura. Así, durante sus almuerzos juntos, discutían sobre pintura, literatura y música, intercambiando ideas y opiniones con una naturalidad sorprendente. Y aunque en un principio se resistieron a la idea de dar un paso más allá de la amistad, finalmente el destino acabó juntándolos. Fue en una exposición de arte en el MoMA donde Alycen-Rowse y Tim-Gaines se dieron su primer beso. Desde entonces, no han dejado de explorar el mundo juntos, descubriendo rincones mágicos en cada rincón de la ciudad y fuera de ella. Y aunque su relación no ha estado exenta de obstáculos, el amor que sienten el uno por el otro es más fuerte que cualquier adversidad.
