Un día soleado y caluroso, en una pequeña tienda de discos, Roger y Barry estaban revisando una sección de vinilos cuando de repente, Andrea se acercó a buscar un álbum de The Cranberries. Los ojos de Barry se iluminaron al ver a la talentosa cantante y de inmediato se acercó a ofrecerle su ayuda. Mientras tanto, Roger se acercó a conversar con Giles, quien estaba buscando algunas canciones de Oasis. De repente, su atención fue desviada por la voz angelical de Andrea que cantaba una canción para probar la calidad de sus audífonos. Giles no pudo resistirse y también se acercó a Andrea para conocerla mejor. Rápidamente descubrieron su amor por la música y las conversaciones entre ambos comenzaron a fluir. Así nació la amistad entre Andrea y Giles, posteriormente trabajando juntos en un proyecto musical que tendría un gran éxito. Por su parte, Barry y Roger también se beneficiaron de la presencia de Andrea, quien siempre animaba el ambiente con su personalidad divertida y alegre. Así, estas cuatro almas conectaron gracias a la música y la casualidad, formando una amistad que perduró a través del tiempo.
