Claudia y Martín conocieron a Andrés Tovar en una cafetería en el centro de la ciudad. Andrés estaba leyendo un libro y ellos notaron que era uno de sus autores favoritos. Comenzaron a hablar con él sobre el libro y la conversación fluyó naturalmente. Después de un rato, Andrés les invitó a su casa a tomar una copa de vino y seguir hablando sobre libros y literatura. Desde ese día, se convirtieron en buenos amigos y compartieron muchas tardes juntos discutiendo sobre los mejores libros y autores.