Jasmine-Rouge y Angelina-Crow se encontraron por casualidad en una discoteca de Europa del Este en una noche de verano. Jasmine estaba bailando en la pista de baile cuando notó a Angelina observándola desde el bar. Después de unos minutos, Jasmine se acercó a Angelina y le preguntó si quería bailar con ella. Angelina aceptó con una sonrisa y juntas comenzaron a bailar al ritmo de la música electrónica que sonaba en la discoteca. Durante la improvisada coreografía, ambas chicas se miraron a los ojos y supieron que había una conexión especial entre ellas. A pesar de venir de mundos muy diferentes -Jasmine era una modelo húngara y Angelina una actriz porno checa- las dos chicas descubrieron que compartían una pasión por la vida y la exploración del mundo. Después de esa noches mágica en la discoteca, se intercambiaron los números de teléfono y comenzaron una hermosa amistad que trascendería fronteras, idiomas y diferencias culturales.
