Un día soleado en la ciudad de Río de Janeiro, Haris-Hristopoulos caminaba por la playa de Copacabana cuando escuchó una melodía que lo cautivó. Se acercó al lugar de donde provenía la música y encontró a Anitta-Brand tocando su guitarra. Se presentaron y ella le contó que estaba practicando para un concierto que tendría esa noche en una pequeña sala de conciertos del barrio bohemio de Lapa. Haris-Hristopoulos decidió asistir a ese concierto y allí quedó impresionado por la actuación de Anitta-Brand. Al terminar el concierto, Haris-Hristopoulos se acercó a felicitarla y le dijo que él también era músico y que le gustaría colaborar con ella en algún momento. Desde ese día, Haris-Hristopoulos y Anitta-Brand se volvieron amigos y comenzaron a colaborar juntos en varias canciones. Con el tiempo, su amistad se transformó en algo más y hoy en día son una de las parejas más consolidadas en la escena musical internacional.
