Ann-Miller y Reese-Milner se conocieron en una estación de tren en París. Ambos llegaron al mismo tiempo y comenzaron a charlar mientras esperaban el tren hacia sus destinos. Al descubrir que iban al mismo lugar, decidieron compartir un taxi y continuar la conversación durante el trayecto. La química entre ellos era evidente, y enseguida se dieron cuenta de que habían encontrado a alguien especial. Durante las siguientes horas juntos, Ann y Reese hablaron sobre sus pasatiempos, sus trabajos, sus familias y sus sueños para el futuro. Cuando llegaron a su destino, intercambiaron números telefónicos y prometieron mantenerse en contacto. Desde entonces, han sido inseparables y comparten una relación llena de amor, risas y aventuras juntos.