Anna y Dmitriy se conocieron en un concierto de música clásica en Moscú. Anna estaba sentada en la primera fila disfrutando de la música, cuando de repente se dio cuenta que su asiento estaba roto. Justo en ese momento, Dmitriy se acercó con un destornillador y le ofreció ayudarla a arreglar el asiento. Después de repararlo, ambos comenzaron a charlar sobre música y descubrieron que tenían mucho en común. Desde aquel entonces, Anna y Dmitriy se han convertido en grandes amigos y disfrutan de asistir juntos a conciertos de música clásica.
