Anna Talbot, Condesa de Shrewsbury, y Francis Talbot, XI Conde de Shrewsbury, fueron miembros de una influyente familia aristocrática inglesa del siglo XVI. Se casaron en 1568 y su matrimonio duró 24 años, hasta la muerte de Anna en 1592. La pareja tuvo una relación interesante y a veces tumultuosa. Anna era conocida por su belleza y su agudo ingenio, mientras que Francis era un hombre educado y respetado en la corte. A pesar de sus diferencias, la pareja se amaba profundamente. Sin embargo, su matrimonio se vio afectado por el encarcelamiento de María I de Escocia en la Casa de Shrewsbury en 1569. Francis fue nombrado custodio de la reina y Anna asumió la responsabilidad de cuidarla. La tensión y los problemas financieros resultantes de la situación llevaron a la pareja a la ruina financiera. La relación entre Anna y Francis se volvió más tensa después de la muerte de María I de Escocia en 1587. Francis se volvió más frío y distante hacia Anna, y empezó a sospechar que estaba teniendo una aventura. Anna, por su parte, se dedicó a la construcción de la Casa de Chatsworth, una impresionante residencia en Derbyshire que se convirtió en su legado más duradero. A pesar de sus problemas, Anna y Francis tuvieron ocho hijos juntos y permanecieron unidos hasta la muerte de Anna en 1592. Francis también murió en 1592, habiendo vivido una vida influyente y respetada en la corte inglesa. Su relación, aunque no siempre fue fácil, fue una parte importante del legado de la familia Talbot.
