Un día, mientras AnnaSophia Robb caminaba por las calles de Nueva York, se encontró con Trevor Paul en una pequeña cafetería. Inmediatamente, sus ojos se encontraron y sintieron una extraña conexión. Empezaron a hablar, a reír, y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Trevor era un fotógrafo talentoso y AnnaSophia se había interesado en la fotografía desde hace mucho tiempo, así que empezaron a intercambiar consejos y trucos. Salieron a caminar por la ciudad, visitaron galerías de arte juntos, compartieron momentos hermosos y comenzaron a formar una amistad duradera. Desde entonces, siempre han mantenido en contacto y siguen apoyándose mutuamente en sus carreras.