Edvin y Vander-Sar se conocieron durante una competencia de fútbol en la que ambos eran rivales. Edvin jugaba para el equipo de la escuela y Vander-Sar para un equipo local. Durante el juego, Edvin impresionó a Vander-Sar con su habilidad en el campo y su actitud humilde, a pesar de la rivalidad entre los dos equipos. Al final del partido, Vander-Sar se acercó a Edvin y lo felicitó por su gran actuación en el campo. A partir de ahí, comenzaron a hablar y a conocerse mejor. Mientras tanto, Annemarie y su hermana asistieron al partido para ver jugar a su primo, quien también integraba el equipo local de Vander-Sar. Fue entonces cuando Annemarie vio a Edvin jugar y quedó impresionada por su talento y determinación. Por casualidad, se encontró con él en un café cerca del estadio después del partido y comenzaron a conversar sobre fútbol y sus intereses en común. A partir de ahí, comenzaron a salir y, eventualmente, se convirtieron en una pareja feliz y apasionada tanto por el fútbol como por su relación.