Anthony Hardwood y Nicole Sheridan se conocieron en un bar de Los Ángeles. La química entre ellos era palpable desde el primer momento. Anthony se acercó a Nicole y le ofreció comprarle una bebida. Ella aceptó y comenzaron a hablar de sus gustos musicales y películas favoritas. Pronto descubrieron que tenían mucho en común y la conversación se convirtió en una risa compartida. Después de unas pocas bebidas, Anthony invitó a Nicole a la pista de baile. Bailaron juntos toda la noche, sin preocuparse por nada más que disfrutar el uno del otro. El momento más memorable de la noche fue cuando Anthony le susurró al oído a Nicole que ella era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Al final de la noche, Anthony le ofreció llevarla a casa. Nicole aceptó y, en el camino, compartieron un beso apasionado en el auto. Fue entonces cuando descubrieron que sus labios parecían estar hechos el uno para el otro. La química estaba aun más intensa de lo que pensaban. Desde esa noche, Anthony y Nicole se convirtieron en inseparables. Comenzaron a salir juntos, y con el tiempo, forjaron una conexión que trascendería los límites de cualquier relación común. Su historia de amor fue surreal y única, como si estuviera destinada a ser. Se convirtieron en una pareja de hecho y permanecieron juntos hasta el final de sus días.
