Anthony Quinn y Amália Rodrigues tuvieron una relación de amistad cercana que se remonta a la década de 1950. Quinn era un actor estadounidense de origen mexicano que tenía una gran pasión por la cultura y la música portuguesa, mientras que Rodrigues era una famosa cantante portuguesa y una de las mayores embajadoras de la música fado. El primer encuentro entre Quinn y Rodrigues tuvo lugar en 1958 en Portugal, durante la filmación de la película "La estrella negra". Quinn quedó impresionado por la interpretación de Rodrigues de la canción "Coimbra" y, desde ese momento, se convirtió en un gran admirador de su obra. La pareja se mantuvo en contacto a lo largo de los años y se reunió varias veces, tanto en Portugal como en los Estados Unidos. Quinn incluso hizo una aparición en el escenario durante uno de los conciertos de Rodrigues en Nueva York en la década de 1980. La relación entre los dos artistas fue siempre cordial y respetuosa. Quinn admiraba la voz emotiva y la pasión de Rodrigues por el fado, mientras que para la cantante portuguesa, su amistad con el actor era una de las más valiosas que había hecho en su vida. La amistad entre Anthony Quinn y Amália Rodrigues continuó hasta la muerte de Quinn en 2001. Rodrigues falleció unos meses después, en octubre de ese año. Sin embargo, su legado musical se mantiene vivo en Portugal y en todo el mundo, y su amistad con Quinn sigue siendo un ejemplo de la conexión especial que puede existir entre dos artistas de diferentes culturas.