Anton LaVey y Jayne Mansfield se conocieron en la década de 1960, cuando la actriz estaba interesada en el ocultismo y el satanismo. Mansfield y LaVey se hicieron amigos cercanos y LaVey llegó a convertirse en su asesor espiritual. Según los informes, LaVey incluso realizó una ceremonia de bautismo satánico para los hijos de Mansfield, donde supuestamente los bendijo con agua negra y los nombró "antiguos dioses babilónicos". La relación entre Mansfield y LaVey a menudo se ha cuestionado, algunos creen que fue una amistad platónica mientras que otros creen que pudo haber habido algo más. Sin embargo, LaVey siempre negó tener una relación romántica con Mansfield y afirmó que eran simplemente amigos cercanos. Después de la muerte de Mansfield en un accidente automovilístico en 1967, LaVey se encargó de su funeral y afirmó que la actriz era una satanista devota y que había sido propietaria de una iglesia satánica en Hollywood. En resumen, Anton LaVey y Jayne Mansfield tuvieron una relación cercana en la que LaVey actuó como su asesor espiritual. Aunque la naturaleza exacta de su relación sigue siendo un tema de debate, siempre negaron tener una relación romántica.
