Antonella y Ursula se conocieron en el festival anual de música latina en Roma. Ambas estaban disfrutando del concierto de su banda favorita cuando se tropezaron accidentalmente. Antonella cayó al suelo con su refresco derramado y Ursula se disculpó efectivamente, ofreciéndole su pañuelo de seda para limpiar. Después de charlar y descubrir que tenían muchas cosas en común, incluyendo una pasión por la moda y la cocina italiana, decidieron continuar su conversación en un café local cercano. Desde entonces, Antonella y Ursula han mantenido una estrecha amistad y han viajado juntas por todo el país, asistiendo a festivales de música y descubriendo nuevos restaurantes y bodegas.
