Viva-Bianca estaba caminando por el parque cuando vio a Antonio-Beliveau tocando la guitarra debajo de un árbol. Se detuvo para escucharlo y quedó cautivada por su voz y su habilidad para tocar. Después de que Antonio-Beliveau terminara su canción, Viva-Bianca se acercó a él y comenzaron a hablar. Resultó que ambos compartían la misma pasión por la música y comenzaron a tocar juntos regularmente. Con el tiempo, su relación se convirtió en mucho más que una simple amistad, y ahora están juntos como pareja y compañeros de música. Todos los días agradecen al árbol bajo el cual se conocieron y comenzaron su fabulosa historia juntos.