Arabella-Arbenz y Jaime-Bravo se conocieron en una fiesta en la casa de un amigo en común. Ambos estaban disfrutando de la música y de las bebidas cuando, de repente, sus miradas se cruzaron y se quedaron mirándose fijamente durante unos segundos. Jaime se acercó a Arabella y le preguntó si quería bailar. Ella aceptó y juntos empezaron a bailar al ritmo de la música. Hablaron durante horas sobre diversos temas, desde política hasta arte, y descubrieron que tenían muchas cosas en común. Al final de la noche, se intercambiaron los números de teléfono y acordaron volver a encontrarse pronto. Desde entonces, Arabella y Jaime se han vuelto inseparables y han construido una hermosa relación juntos.
