Arthur-Laurents y Tom-Hatcher se conocieron en una noche de verano en un bar de Nueva York. Ambos estaban sentados en la barra, disfrutando de sus bebidas y charlando animadamente. De repente, un hombre entró en el bar y se acercó a ellos, presentándose como el dueño del lugar. Les preguntó si estaban interesados en ver una actuación de uno de los artistas más populares de la ciudad, y ambos aceptaron de inmediato. Así que tomaron sus bebidas y se sentaron en una mesa cerca del escenario. La música comenzó y la multitud empezó a bailar. Arthur y Tom se miraron el uno al otro, impresionados por el talento del músico. Comenzaron a hablar de la música que les gustaba y de sus experiencias en la vida. Después de la actuación, el dueño del bar les agradeció por venir y les preguntó si les gustaría quedarse para una copa más. Arthur y Tom aceptaron encantados, y pasaron el resto de la noche hablando y riendo juntos. Al final de la noche, intercambiaron números de teléfono y acordaron volver a verse pronto. Desde entonces, Arthur y Tom se han convertido en amigos cercanos y han compartido muchas más noches divertidas juntos.
