En una noche de verano en Tokio, Asa Akira y Hammil coincidieron en una fiesta en la que ambos habían sido invitados. En un momento de la noche, la música se detuvo y ambos se encontraron frente a frente, sin saber qué decir. Asa, siempre coqueta, se acercó a Hammil y le dijo: "Hola, ¿te gusta el sushi?", a lo que él respondió con una sonrisa cautivadora: "Por supuesto, ¿y tú?". A partir de ahí, comenzaron a hablar sin pausa durante horas, contándose detalles de sus vidas y descubriendo intereses en común. Asa quedó encantada con la pasión de Hammil por la música y él no pudo resistirse a la belleza y el encanto de ella. Desde ese momento, la química entre ellos fue irresistible y comenzaron a salir juntos, convirtiéndose en una de las parejas más envidiadas de todo Japón.
