Asia Argento y Al-Gheddafi no tenían una relación personal directa, pero su conexión se remonta a un evento en 2017. En marzo de ese año, Argento se convirtió en la voz líder del movimiento #MeToo en Italia y comenzó a hablar públicamente sobre su propia experiencia de abuso sexual a manos del poderoso productor de Hollywood Harvey Weinstein. En mayo de 2017, Argento fue elegida para presidir el jurado en el Festival de Cine de Cannes, que estaba programado para comenzar unos días después. Sin embargo, a último momento, se retiró de su papel en el jurado después de que los medios italianos publicaran una serie de fotos de ella con el hijo del dictador libio Muammar Al-Gheddafi, quien se ha destacado por su violación de los derechos humanos y la opresión de su pueblo. Según los informes, las fotos fueron tomadas en 2011 en Libia, donde Argento había viajado como invitada de honor para un festival de cine en Trípoli. En las fotos, se la ve sonriente con Al-Gheddafi, quien había sido enviado por su padre para representar al régimen en el evento. La publicación de las fotos provocó una ola de críticas hacia Argento, quien había estado liderando la lucha contra el abuso sexual en Italia. Muchos la acusaron de hipocresía, y algunos incluso pidieron su renuncia del movimiento #MeToo. Sin embargo, otros salieron en su defensa, argumentando que la reunión con Al-Gheddafi no significaba que ella apoyara sus políticas o su régimen. Desde entonces, Argento ha hablado sobre el incidente y ha expresado su arrepentimiento por haberse reunido con el hijo del dictador. En una entrevista con The Guardian en 2018, dijo: "No estaba allí como política o activista. Fui allí para presentar mi trabajo, mi película. En retrospectiva, fue una mala elección, pero es fácil decirlo ahora".
