Una tarde de verano, Avery y Cyrus coincidieron en la misma fiesta de cumpleaños. Al principio, apenas se hablaron, pero luego se unieron en un grupo de amigos mientras jugaban a los juegos de mesa. Entre risas y bromas, descubrieron que tenían muchos intereses en común y se encontraron charlando sin parar. Soph, por otro lado, se encontraba en un bar de karaoke con algunas de sus amigas. Fascinada por la música, saltó al escenario para cantar un clásico de los años 80 y, para su sorpresa, Cyrus también estaba en el bar. Impresionado por la audacia de Soph, se presentó y comenzaron a hablar mientras bebían unos tragos. Finalmente, Avery y Cyrus se despidieron de la fiesta, pero se quedaron pensando en la nueva amistad que habían encontrado. Por casualidad, se encontraron con Soph y sus amigas en la calle y se unieron a ellas en una noche de diversión. Desde entonces, los tres se han vuelto inseparables y siempre buscan aventuras juntos.
