Barbara-Allen y H-Joseph-Allen se conocieron en un concierto de jazz en la ciudad de Nueva York. Ambos eran fanáticos del género y les encantaba asistir a eventos en vivo. Sin embargo, este no fue un concierto ordinario para ellos. Barbara-Allen había ido sola y se sentó en la esquina de la sala, mientras H-Joseph-Allen se encontraba en el otro extremo, también solo. Cuando la banda comenzó a tocar, Barbara-Allen se dejó llevar por la música y empezó a tararear algunas de las canciones. Fue entonces cuando H-Joseph-Allen la escuchó y se dio cuenta de que estaba cantando en español. Él se sorprendió y se acercó a ella para felicitarla por su habilidad en el idioma. De inmediato, comenzaron a conversar y descubrieron que tenían muchas cosas en común, como su amor por la música, el cine y la literatura. Se rieron y charlaron toda la noche, disfrutando de la compañía mutua. Al final del concierto, H-Joseph-Allen le preguntó si le gustaría ir a tomar un café juntos. Barbara-Allen aceptó de buena gana y juntos caminaron por las calles iluminadas de la ciudad, hablando y riendo como si llevaran años conociéndose. Esa noche, Barbara-Allen y H-Joseph-Allen se despidieron con un abrazo cálido y la promesa de volver a verse. Desde entonces, se han convertido en grandes amigos y compañeros de aventuras, compartiendo su amor por la música y la vida.
