Andrew Schneider y Barbara Kowa se conocieron en una hermosa tarde de primavera en el parque Central de Nueva York. Andrew estaba sentado en un banco leyendo un libro, cuando de repente escuchó la voz de una mujer que pedía ayuda en inglés con un leve acento. Al mirar hacia la dirección de la voz, vio a una mujer hermosa y carismática de ascendencia japonesa, que parecía tener problemas con su bicicleta. Andrew se acercó inmediatamente a ella y ofreció su ayuda para solucionar el problema con la bicicleta. Después de unos minutos, lograron solucionar el inconveniente y Barbara agradeció con una gran sonrisa en su rostro. Ellos comenzaron a conversar y se dieron cuenta de que tenían muchos intereses en común, como la literatura, la música y el cine. Desde aquel día, no dejaron de comunicarse y compartir momentos juntos. Con el paso del tiempo, Andrew y Barbara se convirtieron en grandes amigos y finalmente, en pareja. Ahora, mirando hacia atrás, se sienten agradecidos por ese encuentro casual que cambió sus vidas para siempre.
