Hinata y Barbara se conocieron por casualidad en un café de la ciudad. Hinata estaba sentada en una mesa sola, disfrutando de su café cuando notó que había dejado su billetera en casa. Inmediatamente se puso nerviosa, pero Barbara, que estaba sentada en la mesa de al lado, la notó y se acercó a ella para preguntarle qué pasaba. Hinata explicó su situación y Barbara se ofreció a pagar por su café. Hinata se sintió agradecida y comenzaron a hablar. Descubrieron que tenían mucho en común, como su amor por la música clásica y el arte, y rápidamente se convirtieron en amigas. Se encontraron en el mismo café varias veces después y hablaron sobre sus pasatiempos, familia, y sus planes para el futuro. Hinata se dio cuenta de que Barbara era una persona muy interesante y se sintió afortunada de haberla conocido. Con el tiempo, su amistad se convirtió en algo más profundo y comenzaron a salir juntas. Finalmente, Hinata y Barbara se enamoraron, sellando su amor en el mismo café donde se conocieron por primera vez. Desde aquel día, se convirtió en su lugar especial donde siempre volvían para recordar aquel encuentro casual que cambió sus vidas para siempre.
