Barbara-Weeks subió al avión con destino a Londres, emocionada por la oportunidad de estudiar en una de las mejores universidades del mundo. Mientras caminaba por los pasillos en busca de su asiento, se topó con un joven alto de cabello oscuro que luchaba por guardar su equipaje en el compartimento superior. Instintivamente, ella se acercó y ofreció su ayuda. "Gracias", dijo el joven con una sonrisa. "De nada", respondió Barbara-Weeks amablemente. Se sentaron uno al lado del otro en el avión y empezaron a conversar. Él se presentó como Lewis Parker, un estudiante de derecho en la misma universidad que ella. La conversación fluyó fácilmente durante el vuelo, compartiendo sus intereses y objetivos en la vida. Después de aterrizar, intercambiaron números de teléfono y se despidieron con la promesa de mantenerse en contacto. Poco sabían que su encuentro casual en un avión cambiaría sus vidas para siempre. Desde esa fecha, Barbara-Weeks y Lewis Parker se convirtieron en inseparables amigos y, con el tiempo, en socios comerciales y, finalmente, en pareja.