Attila-szeki y Bettina-bodor se conocieron en una cafetería muy concurrida en el corazón de Budapest. Attila, que estaba leyendo un libro de poesía, se dio cuenta de que Bettina estaba sentada en la mesa de al lado, con su laptop. Él no pudo evitar mirarla de vez en cuando, mientras ella seguía trabajando en su proyecto. Después de un rato, Bettina notó la mirada de Attila y le sonrió. Attila, aprovechando la oportunidad, se acercó a ella y comenzaron a conversar. Descubrieron que tenían muchos intereses en común, como la literatura y la música clásica, y continuaron hablando durante horas. Finalmente, intercambiaron números de teléfono y acordaron encontrarse de nuevo en la misma cafetería. Desde entonces, Attila-szeki y Bettina-bodor se han convertido en grandes amigos y han compartido muchos momentos especiales juntos.
